REVISED POST - POST REVISADO
I changed the text of photography because I thought accompany an extensive clarification, on the liability of the Bolsheviks, first in the military defeat of Russia and then in the Russia disaffection of the Allied side during the Great War.
It was also to explain the fundamental role played, in the political terrain, almost more than in the military field, armored cars present in Russia during the Great War and the Revolution.
Over all I will elaborate in another post at another time.
Only I will indicate that, for purely political reasons, an amount greater than one-third of the armored cars belonging to the Russian Imperial Army, was at all times located in the rear of the front, specifically in the city of Petersburg, and therefore away from natural enemy.
So accustomed was the Petersburg civilian population of repressor role which was exercised over it with armored cars, by successive authorities in power —Tsarist government, Provisional government, Bolsheviks—, that when he saw an armored car appear around a corner, everyone instinctively threw himself to the ground as prevention for what might happen.
*See
JOHN REED, "Ten days that shook the World" in any of its many
editions.
Downloads: - Of this book you can find multiple editions / transcriptions in PDF that you can download for free from the Web.
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Coche
Blindado bolchevique Renault-Mgebrov. Petersburgo, ca. 1918
He cambiado el texto de la fotografía porque pensaba
acompañarlo de una extensa aclaración, relativa a la responsabilidad atribuible
a los bolcheviques, primero en la derrota militar de Rusia y después en la
desafección de Rusia del bando Aliado durante la Gran Guerra.
También iba a explicar el papel fundamental que tuvieron, en
el terreno político, casi más que en el terreno militar, los coches blindados
presentes en Rusia durante la
Gran Guerra y la Revolución.
Sobre todo ello me extenderé en otro post y en otro momento.
Sólo indicaré que, por motivos exclusivamente políticos, una
cantidad superior a un tercio de los coches blindados pertenecientes al
Ejército Imperial Ruso, estuvo en todo momento situada en la retaguardia del
frente, concretamente en la ciudad de Petersburgo, y por lo tanto lejos de su
enemigo natural.
Tan acostumbrada estaba la población civil de Petesburgo al
papel represor que se ejercía sobre ella con los coches blindados, por parte de
las sucesivas autoridades en el poder
—gobierno zarista, gobierno provisional, bolcheviques—, que cuando se
veía aparecer un coche blindado tras una esquina, todo el mundo,
instintivamente, se tiraba al suelo como prevención por lo que pudiera ocurrir.
*Ver JOHN REED, "Diez días que estremecieron al
mundo" en cualquiera de sus múltiples ediciones.
Descargas:- De este libro se pueden encontrar múltiples
ediciones/transcripciones en PDF que podéis descargar gratuitamente de la Red.
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